Cuentos Infantiles


Cuento para niños
El sastrecillo valiente


Esta es la historia de un sastre que vivía en una humilde casa en un pequeño pueblo. Cierto día estaba trabajando cuando escuchó la voz de una mujer en la calle.-¡Vendo mermelada fresca!El sastrecillo asomó la cabeza por la ventana y le hizo señas a la vendedora para que entrara.-Ven, buena mujer, te compraré mermelada.La mujer entró en la casa del sastre con su pesada cesta. Después de abrir y oler uno por uno todos los frascos de mermelada, el sastrecillo dijo:-Quiero tres cucharadas de ésta.La mujer se molestó con el sastrecillo por la insignificante cantidad de mermelada que le iba a comprar. Sin embargo, le dio sus tres cucharadas y se marchó. El sastrecillo cortó una rebanada de pan y luego le untó la mermelada."Comeré tan pronto como termine esta camisa", pensó. En poco tiempo, el dulce de la mermelada atrajo a las moscas.-¡Fuera de aquí! -gritó el sastrecillo, pero las moscas seguían zumbando alrededor de su pan.Enfurecido, tomó un pedazo de tela y de un golpe mató a siete moscas.El sastrecillo exclamó orgulloso:-¡Siete de un solo golpe! El mundo entero debe enterarse de esto.Entonces decidió fabricarse un cinturón de cuero en donde decía: SIETE DE UN SOLO GOLPE.El sastrecillo se puso el cinturón y se fue a recorrer el mundo para contar su hazaña.Antes de partir se metió un pedazo de queso en el bolsillo, por si acaso llegaba a sentir hambre. Después de andar un rato, vio un pájaro en un árbol. Sin saber muy bien por qué, se lo metió también en el bolsillo. Caminando por el bosque se encontró con un gigante de aspecto temible. -Voy por el mundo en busca de fortuna -dijo el sastrecillo-. ¿Te gustaría venir conmigo?-Tú no eres más que un pobre diablo -contestó el gigante riendo.El sastrecillo se sintió bastante ofendido, y le dijo: -Fíjate en mi cinturón, para que veas la clase de hombre que soy.Cuando el gigante leyó lo que decía el cinturón, pensó que el sastrecillo había matado a siete hombres. Sin embargo, le costaba trabajo creer que alguien tan pequeño pudiera ser tan fuerte. Entonces decidió ponerlo a prueba. El gigante recogió una roca y la apretó hasta sacarle agua.-A ver si puedes hacer eso -retó el gigante al sastrecillo.El sastrecillo sacó el pedazo de queso que tenía en el bolsillo y lo apretó hasta que le sacó suero. El gigante no quedó muy convencido; entonces decidió lanzar la piedra tan lejos como pudo.-¿Y qué me dices de eso? -preguntó el gigante.-No está mal -dijo el sastrecillo-. Pero vi que la piedra cayó de nuevo al suelo.El sastrecillo sacó entonces el pájaro que se había metido en el bolsillo y lo soltó. El pájaro, feliz de verse nuevamente libre, voló hasta perderse de vista. El gigante, señalando un roble enorme dijo: -Bueno, si eres tan fuerte ayúdame a cargar este árbol.-De acuerdo -dijo el sastrecillo-. Tú llevas el tronco y yo me encargo de la parte más ancha del árbol, que por supuesto es más pesada.El gigante empezó a caminar, sin darse cuenta de que el sastrecillo iba montado en las ramas. El sastrecillo iba muy cómodo en la copa del árbol y pronto empezó a quedarse dormido. Sin embargo, al cabo de un rato, se despertó al escuchar que el gigante decía:-Estoy agotado. Necesito descansar un momento.El sastrecillo saltó rápidamente al suelo y agarró una rama, para hacerle creer al gigante que había estado cargando el árbol todo el tiempo.-Veo que no eres tan fuerte como dices -dijo el sastrecillo.El gigante y el sastrecillo siguieron caminando hasta que se encontraron con un árbol cargado de cerezas. Las frutas maduras estaban en la parte alta del árbol, así que el gigante se apoyó en el tronco para doblarlo y permitirle al sastrecillo alcanzar unas cuantas.Cuando el sastrecillo agarró una rama, el gigante soltó el tronco y el árbol se enderezó. El sastrecillo voló por los aires.-Ni siquiera puedes sostener una ramita -dijo el gigante.-Claro que puedo -replicó el sastrecillo-. Lo hice a propósito. A ver si tú puedes saltar por encima del árbol. El gigante trató de saltar pero el pie se le enredó en una rama. En ese preciso instante pasaban por allí el rey y su séquito.-¿Qué sucede aquí? -preguntó el rey.-Poca cosa, su Alteza -dijo el sastrecillo-. Acabo de capturar a este gigante.El rey premió al sastrecillo con una bolsa de oro, pues desde hacía tiempo el gigante venía causando molestias por los alrededores.En pocos días, todos los habitantes del reino oyeron hablar del valiente sastrecillo que capturó al gigante.De este modo, el sastrecillo ganó fama y fortuna, y vivió muy feliz.

Fin


Cuento para niños
Los tres cerditos

Habia una vez tres cerditos que habian crecido alegres en una cabaña del bosque. Y como ya eran mayores, sus papas decidieron que era hora de que construyeran, cada uno, su propia casa. Los tres cerditos se despidieron de sus papas, y fueron a descubrir el mundo.
El primer cerdito, el perezoso de la familia , decidio hacer una casa de paja. Tardó solo unos minutos en construirla. Y entonces se fue a dormir.
El segundo cerdito, el gloton, prefirio hacer la cabaña de madera. No tardo mucho en construirla. Y luego se fue a comer cerezas.
El tercer cerdito , muy trabajador , opto por construirse una casa de ladrillos y cemento. Tardaria mas en construirla pero estaria mas protegido. Despues de un dia de mucho trabajo, la casa quedo terminada. Se hizo de noche y comenzaron a escucharse los aullidos del lobo en el bosque.
Hambriento el lobo se dirigio a la primera casa y dijo:- ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplare y tu casa tirare!. Como el cerdito no la abrio, el lobo soplo con fuerza, y derrumbo la casa de paja. El cerdito, temblando de miedo, salio corriendo y entro en la casa de madera de su hermano.El lobo le siguio. Y delante de la segunda casa, llamo a la puerta, y dijo:- ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplare y tu casa tirare!Pero el segundo cerdito no la abrio y el lobo soplo y soplo hasta tirar al suelo su casa. Asustados, los dos cerditos corrieron y entraron en la casa de ladrillos de su otro hermano.Pero, como el lobo estaba decidido a comerselos, llamo a la puerta y grito:- ¡Ábreme la puerta!¡Ábreme la puerta o soplare y tu casa tirare!Y el cerdito trabajador le dijo:- ¡Sopla cuanto quieras, pero no la abrire!
Entonces el lobo soplo y soplo. Soplo con todas sus fuerzas, pero la casa ni se movio. La casa era muy fuerte y resistente. El lobo se quedo casi sin aire.Pero aunque el lobo estaba muy cansado, no desistia.Trajo una escalera , subio al tejado de la casa y se deslizo por el pasaje de la chimenea. Estaba empeñado en entrar en la casa y comer a los tres cerditos como fuera. Pero lo que el no sabia es que los cerditos pusieron al final de la chimenea, un caldero con agua hirviendo.Y el lobo , al caerse por la chimenea acabo quemandose con el agua caliente. Dio un enorme grito y salio corriendo y nunca mas volvio. Asi los cerditos pudieron vivir felices. Y tanto el perezoso como el gloton aprendieron que solo con el trabajo se consigue las cosas.
Fin


Cuento para niños
La sirenita
A continuación te presentamos el cuento para niños de la sirenita de Disney. Te invitamos a sumergirte bajo el mar con Ariel, Sebastián y un montón de amigos de las profundidades marinas para descubrir una historia fascinante. Disfruta del colorido de los peces, del rumor de las olas y de todas las sorpresas que te ofrece esta aventura. Más abajo podrás encontrar dibujos para colorear, canciones y videos de la sirenita.


Hacía muchos años que el rey del mar era viudo. Su anciana madre era quien se ocupaba de cuidar a sus seis hijas, las princesitas del mar. De estas, la más bella era la menor. Como todas sus hermanas, no tenía pies: su cuerpo terminaba en cola de pez.A partir de los quince años, las princesitas podían salir de las aguas y ver pasar los barcos. Aquel año la menor los cumplía y esperaba con impaciencia el momento en que pudiera ver el mundo.Al fin llegó el día en que la sirena pudo asomar la cabeza a la superficie.
A poca distancia había un barco y sobre la cubierta se hallaba un joven y guapo príncipe. La princesa no era capaz de apartar los ojos de él. Estaba enamorada.
Durante los días siguientes sólo pudo pensar en aquel apuesto príncipe. Su único deseo era convertirse en un ser humano y vivir siempre junto al joven príncipe. Por eso se decidió a visitar a la bruja del mar. Quizás ella pudiera ayudarla.
La bruja del mar no dudó en hacer un trato con ella: la libraría de la cola y le daría dos piernas para andar, por medio de un brebaje que sólo ella sabía preparar, pero cada vez que diese un paso sería como si pisase un afilado cuchillo por los dolores que tendría que sufrir.Si no conseguía enamorar al príncipe, a la mañana siguiente de casarse él con otra doncella, la sirenita se convertiría en espuma flotante en el agua. Además, a cambio del brebaje, debía entregarle su hermosa voz. La princesita aceptó el trato.
A la mañana siguiente, cuando el príncipe daba su acostumbrado paseo, encontró a la sirenita ya convertida en una bellísima muchacha. Le preguntó quién era, pero la princesa no podía hablar. Entonces el joven la tomó de la mano y la llevó al interior del palacio. La sirenita era feliz a pesar de los agudos dolores que padecía cada vez que daba un paso.


Desde aquel día la sirenita y el príncipe se hicieron inseparables. Una noche, llegó al puerto del palacio un barco de donde bajó la princesa que estaba prometida en matrimonio con el príncipe. El joven se quedó frío como el hielo al verla porque no la conocía.
Su padre, el rey, le dijo que su deber era casarse con aquella doncella pero el príncipe dijo que, antes que casarse con una mujer que jamás en su vida había visto y que no le inspiraba amor, prefería renunciar al trono.Ante esa amenaza el viejo rey cedió, escribió una carta de disculpas a su amigo el padre de la princesa y se quejó de haber pasado la mayor vergüenza de su vida, pero en el fondo se alegró de lo que había pasado.
Después de que el barco se llevó a la princesa, el príncipe tomó de la mano a la sirenita y dándole un beso le declaró su amor. La pequeña niña cantó de emoción dejando asombrado al príncipe con su melodiosa voz y sintió cómo se iban para siempre los dolores de sus piernas.
Los dos reinos de mar y tierra celebraron felices el matrimonio de los príncipes quienes fueron felices para siempre. De la bruja del mar, nadie volvió a saber.

Fin


Cuento para niños
Ricitos de oro y los tres ositos


A continuación te presentamos el cuento para niños de ricitos de oro y los tres ositos. Es una breve historia sobre una niña de cabellos dorados que se pierde en el bosque y se refugia en la cabaña de una família de tres osos...



ricitos de oro




Había una vez tres osos que vivían en el bosque:Papá oso, mamá osa y el pequeño osito.
Un día Ricitos de Oro se perdió en el bosque y descubrió la casa donde vivían los tres osos.
Cuando los osos no estaban, Ricitos de Oro entró a la casa.
Ricitos de Oro probó la sopa del plato grande. -¡Ay! -gritó-. Esta sopa está muy caliente. Ricitos de Oro probó la sopa del plato mediano. -¡Brrr! Está sopa esta helada -. Ricitos de Oro probó la sopa del plato pequeño. -¡Mmm! Esta sopa está deliciosa. Y se la comió toda.
Después de comer, Ricitos de Oro quiso dormir un poco. Se acostó en la cama grande y dijo: -¡Está durisima! Entonces se acostó en la cama mediana y dijo:-¡Está muy blanda!Por último, se acostó en la cama pequeña.Era tan cómoda que se quedó dormida.
Los osos regresaron a su casa.Papá oso dijo:-¡Alguien ha probado mi sopa!.Mamá osa dijo:-¡Alguien ha probado mi sopa también!El osito dijo:-¡Alguien se ha comido toda mi sopa!
Los tres osos, tristes y hambrientos, decidieron irse a la cama.Papá oso dijo: -¡Alguien ha dormido en mi cama!-. Mamá osa dijo: -¡Alguien ha dormido en mi cama también!.El osito gritó: -¡Alguien está durmiendo en mi cama!
Ricitos de Oro despertó.Al ver a los osos saltó de la cama y salió corriendo sin parar.
Fin